No cabe duda alguna de que la llegada de los europeos a América del Sur, en el siglo XV, representó una masacre para los indígenas. Esa fue la consecuencia de las crueldades de los conquistadores.

Ellos fueron:

 

Hernán Cortés (1485 – 1547) llegó a México en 1519 y los aztecas creyeron que era la divinidad Quetzalcóatl.

Moctezuma lo recibió con grandes cantidades de oro y de plata. Cortés entró en la capital, hizo prisionero al emperador e  impuso su autoridad a los aztecas. Eso llevó a la rebelión de los aztecas y a la muerte de Moctezuma.

La noche del 30 de junio de 1520, conocida como la noche triste, los españoles tuvieron que abandonar Tenochtitlan, la capital del mundo azteca.

 

Francisco Pizarro (1478-1541) en 1529 recibió la autorización de los reyes de España para explorar y conquistar el reino de Tahuantinsuyo, en el sur de América. En 1531, Pizarro llegó a Perú cuando el emperador inca Atahualpa acababa de vencer una guerra civil contra su hermanastro. Francisco hizo prisionero al emperador y, a cambio de su libertad, Pizarro pidió oro y piedras preciosas. Sin embargo, Pizarro no cumplió con sus palabras y en 1533 ordenó la ejecución de Atahualpa. Se alió con la nobleza inca y entró fácilmente en la capital, Cuzco.

 

Vasco Núñez de Balboa (1475-1519) fue el primero que descubrió el océano Pacífico y el primero en fundar una ciudad en Sudamérica. En 1501 emprendió su primer viaje a las islas del Caribe.

 

Fernando de Magallanes (1480-1521) explorador y navegante portugués. Realizó la expedición

a la India. Descubrió el canal navegable que tiene el nombre de estrecho de Magallanes. Fue el

virrey de la India.

 

Francisco de Orellana (1511 – 1546) fue un explorador y conquistador. Participó en la

conquista del Imperio inca y en 1537 fundó la ciudad de Guayaquil. Después de terminar la

reconstrucción de la ciudad, partió hacia Quito y, junto a Gonzalo Pizarro, organizó una

expedición que terminaría con el descubrimiento del río Amazonas.