El dominio visigodo duró hasta el año 711, cuando el ejército musulmán cruzó el Estrecho de Gibraltar. Rodrigo, el último rey godo, fue derrotado. En aproximadamente cuatro años terminaron por dominar casi toda la península.

 

Durante los siglos VIII y IX creció el poder musulmán. Los territorios conquistados se independizaron políticamente del Imperio árabe.

 

En el siglo X, Abderramán III convirtió Al-Ándalus en califato independiente (territorio gobernado por un príncipe).

Fue una época de gran prosperidad cultural gracias a las innovaciones en las ciencias, las letras y la especial atención que dedicaron al desarrollo de las ciudades. Las más importantes fueron Valencia, Zaragoza, Sevilla y Córdoba.

 

La decadencia llegó en el siglo XI cuando comenzaron las pugnas entre las distintas familias reales musulmanas y el califato.

 

Gracias a la Reconquista, los cristianos recuperaron casi todos los territorios ocupados por los árabes, excepto el reino de Granada, que cayó definitivamente en 1492.